Cazador novel de la modalidad tradicional de perdiz con reclamo (Parte 3)
Puestos y Pulpitillos
“Para el tollo, oscuridad; colgadero en claridad”
El aficionado a la caza tradicional de perdiz con reclamo, en su escenario natural, a la hora de elegir el emplazamiento de caza, tendrá muy en cuenta la climatología, así como el puesto que va a dar, si es de “sol” o de “tarde”. Siempre resguardado del viento, el pulpitillo y el reclamo en sitio de solana y el aguardo con el sol a la espalda.
Antiguamente el “pajaritero” se construía el puesto o aguardo y el pulpitillo con los elementos que les proporcionaba la naturaleza, piedras, ramas, arbusto y matas.
El pulpitillo, es el lugar donde colocamos al reclamo, también puede ser artificial, en este caso, siempre es aconsejable cubrirlo con algunas matas para camuflarlo y evitar el recelo de las perdices salvajes. En Andalucía las jaulas tiene un gancho en la parte superior para “colgar el pájaro” en la bajera del olivo.
La altura que debe tener el pulpitillo, es aproximadamente de un metro, pero depende del lugar donde se coloque y del reclamo. Siempre teniendo en cuenta la seguridad del reclamo.
Es aconsejable tapar la jaula por la parte trasera, para obligar a las campesinas a buscar al reclamo y así colocarse delante de él, consiguiendo con ello, tenerla en “plaza”, para poder cumplir con una de las reglas fundamentales de esta modalidad de caza tradicional, que es abatir la perdiz cuando el reclamo la está “recibiendo”.
La plaza, es el espacio de terreno donde se abaten las perdices. Podemos describirlo como un semicírculo imaginario, situado entre le aguardo y el pulpitillo.
El puesto o aguardo, es el lugar donde se el cazador rececha a las perdices, como hemos dicho, puede ser natural o artificial. “La cabaña o puesto portátil” como lo describe Jacobo G. de Escalante, en su Manual del Cazador de Perdices con los Reclamo. Publicado 1874.
La utilización de portátil nos permite colocarnos en cualquier tipo de terreno, ubicándolo sobre cualquier arbusto o mata y nos permite una mejor selección del cazadero y de la plaza. También es aconsejable camuflarlo con algún ramaje para evitar la extrañeza de las campesinas, tal como como nos indica el refrán “mientras se está tapando se está cazando”.
El puesto se colocará a unos veinte pasos aproximadamente del pulpitillo.