El recorte de los reclamos
El recorte o atusado de los reclamos, una vez que han finalizado el pelecho, tiene como objetivo el evitar que estos se enganchen con sus plumas en los alambres de las jaulas. Se realiza a primeros de Noviembre, “para los Santos”, como dicen los aficionados.
Según los lugares y las costumbre hay varias formas de recortar, hay quien abren el ala y cortan todas las remeras, es lo que se denomina “dejarlos mancos”, y otros las cortan en forma escalonada, en ambos casos, el reclamo queda con una presencia más fea y antinatural.
Nosotros somos partidarios de realizar el recorte con un estilo más natural y más estético, del modo siguiente:
Nos tienen que ayudar a sujetar el pájaro de las patas, cabeza abajo, para poder extender el ala, que la sujetaremos con firmeza para evitar su rotura en el caso del aleteo y separar las plumas de la cola.
Modo de sujetar el reclamo para recortarlo.
Una vez que tenemos el ala extendida, procedemos a cortar por el cañón las cinco o seis primeras plumas remeras, dejando integras las restantes, nunca a rape para no provocar una hemorragia, si nos encontramos con una pluma nueva entre las que tenemos que recortar, un chupón de pluma no consolidado y que suelen tener sangre, hay que realizar el corte en la parte superior para evitar el sangrado. De este modo la apariencia del pájaro es del todo natural.
Detalle del chupón de una remera y la forma de recortarla.
La cola se le arreglará levantando las plumas cobertoras e introduciendo entre dos dedos las timoneras, apartando las más pequeñas y cortaremos atusando en la medida que nos impone el grosor de los dedos.
Una vez recortadas las timoneras, a las plumas pequeñas se les da un atusado para simular una “Colita graciosa, parecida a la de la codorniz”, tal como lo describían Diego Pequeño y J. Jacobo G. de Escalente.
Ya que tenemos el reclamo en nuestras manos, y sobre todo para los reclamos de varios años, es aconsejable limpiarles las escamas de las patas con una crema hidratante y cortarle las uñas.
Antiguamente los aficionados utilizaban manteca de cerdo sin sal. Y para los que no se afilan el pico, los “piquivanos”, les cortaremos la parte superior del pico hasta igualarla con la inferior, también es aconsejable limar el corte.
Una vez finalizado el recorte, el arreglo de patas y pico, algunos aficionados bañan al reclamo y una vez mojado, lo sueltan en una habitación cerrada para que aletee, curiosamente los pájaros veteranos suelen entrar ellos solos en la jaula. Es todo un espectáculo.
Reclamo recortado a punto de esponjarse para adaptar su plumaje.
En esta nueva etapa del ciclo de vida anual del reclamo, recomendábamos en un artículo anterior el pasar a la dieta de preparación para la caza, con el pienso compuesto de “Alta Energía”. Lo que antiguamente era un mayor aporte de proteínas a través de los garbanzos remojados, almendras, bellotas, cañamón, alfalfa y en algunos casos hoja de rabanilla y berros.
Ahora toca seguir con la ilusión puestas en los reclamos, cuidarlos con mucho mimo y soñar con unos lances inolvidables.